No sé si tengo una adicción.
Las adicciones son consideradas un trastorno mental en el que se alternan etapas de consumo descontrolado, con periodos de abstinencia. El consumo genera un deterioro o malestar significativo.
A pesar de las consecuencias negativas que generan a nivel físico, a nivel psicológico y familiar entre otros, se sigue consumiendo la sustancia adictiva o se mantiene la adicción sin sustancias (juego, pornografía, Internet, etc.)

¿Cómo saber si tengo una adicción?
Síntomas de los trastornos adictivos
Existen una gran cantidad de síntomas que varían en número e intensidad.
Necesidad imperiosa de consumir. Se utiliza la palabra «craving» para hablar del deseo persistente de consumo.
Dificultad en el control del consumo. Conduce al consumo excesivo y repercute negativamente en las relaciones familiares, sociales, laborales, en la salud física y mental. Se sigue consumiendo la sustancia a pesar de tener conciencia de estos problemas. Se intenta, pero no se consigue reducir o controlar el uso de la sustancia.
Consumo de otras sustancias adictivas. En ocasiones, se pueden probar otras sustancias con la idea de conseguir un mayor efecto.
Efecto rebote. Se busca tranquilidad en el consumo y en cambio, se consigue un estado de nerviosismo mayor que antes del consumo, por lo que cuando termina su efecto, se necesita volver a consumir.
Tolerancia. Es la necesidad de consumir más cantidad de la sustancia para conseguir el efecto que inicialmente se conseguía.
Síndrome de abstinencia. Aparece cuando se deja de consumir la sustancia y los síntomas se pueden aliviar cuando se toma más sustancia.
Alteración de la conducta. En función del tipo de droga que se consuma pueden aparecer todo tipo de alteraciones conductuales como, agresividad, conductas violentas, alucinaciones, delirios, etc.
Intoxicación. Se da cuando se produce un consumo excesivo de la sustancia y causa una disminución del rendimiento psicológico y conductual.
Cambios a nivel cerebral. El consumo cambia la manera de pensar, las opiniones, actitudes y motivaciones que pasan a ser cada vez más favorables hacia el consumo. Muchas personas se autoengañan creyendo que pueden controlar el consumo y que nunca serán adictas.
Cambio de prioridades. La sustancia y su consumo, son la prioridad número uno por encima de la salud, la familia, el trabajo o el dinero.
Recaída. Un primer consumo tras la recuperación, suele llevar a una recaída. Puede ocurrir que una persona que lleve meses sin consumir lo haga y el descontrol sea mayor.